Irapuato, Gto., a 10 de abril de 2019.- "Vals Capricho" de la escritora y diplomática mexicana Rosario Castellanos Figueroa (1925-1974) fue leído por la actriz de teatro, cine y televisión María del Carmen Félix, quien participa en el programa de fomento a la lectura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) al cual se adhiere el Campus Irapuato-Salamanca de la Universidad de Guanajuato (UG).

La sonorense se presentó en las sedes Salamanca y Yuriria de la UG, y también en la Feria del Libro de Irapuato, donde expresó su admiración por el trabajo de Rosario Castellanos: "es una figura emblemática de la presencia femenina en el mundo de la literatura, ella escribió sobre la posición de la mujer desfasada ante el hombre y las diferencias de clases sociales. Son dos puntos que refleja "Vals Capricho", donde una mujer es muy juzgada por ser como es, por decir lo que piensa. Vals Capricho tiene un final trágico, pero es muy divertida la narración", dijo como preámbulo a su lectura en voz alta.

"La palabra señorita es un título honroso hasta cierta edad, más tarde empieza a pronunciarse con titubeos dubitativos y burlones y a ser escuchada con una oculta y doliente humillación", es como inicia el relato que involucra a las hermanas Natalia y Julia Trujillo, "a quienes las unió su desamparo mutuo y los infortunios que tuvieron que sobrellevar, primero la orfandad y luego la pobreza vergonzante".

Ambas llevaban una vida apacible y monótona en Comitán: Natalia enseñando música y Julia dedicada a la costura, hasta que su hermano Germán, les llevó a su hija bastarda, la salvaje joven Reiniere para que la educaran y pulieran. Pero la falta de apego a los cánones le acarreó a la joven que le hicieran el vacío en el pueblo y sus costumbres eran tema de burla.

Después de los intentos de sus tías por insertarla en sociedad, ella se declaró vencida ante el boicot y dejó de asistir a los eventos públicos. Reiniere y sus tías percibían una atmósfera hostil, lo que llevó a Reiniere a ingresar a las congregaciones piadosas, donde tampoco ganó afectos.

El público escuchó atento los diálogos que con distintos tonos e inflexión de voz pronunció María del Carmen Félix, refrendando sus capacidades histriónicas, mismas que le han llevado a obtener distintos reconocimientos y una proyección profesional en México, Estados Unidos y Latinoamérica.

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