Guanajuato, Gto., a 22 de agosto de 2019.- Como parte de la colección de bienes precisos que posee la Universidad de Guanajuato se encontró un cuadro hecho por Ángela Icaza que por muchos años se pensó era de la autoría del pintor Juan Cordero.
Ángela Icaza fue una mujer mexicana del siglo XIX, una de las pocas que pudieron acceder a la Academia de San Carlos, una escuela dedicada a la enseñanza de la arquitectura, pintura, escultura y grabados que se creó en 1781 y que fue exclusiva para varones hasta el año de 1886.
El Restaurador y Coordinador de Bienes Muebles de la Oficina Auxiliar de la Comisión Determinadora de Bienes Preciosos de la Universidad de Guanajuato, Alfonso Mario Martín Varela fue el que descubrió la verdadera autoría del cuadro denominado "Retrato de una enajenada". Esto, mientras hacía una limpieza del barniz del cuadro que originalmente formaría parte de un salón dedicado al pintor Juan Cordero en el Museo de la Universidad de Guanajuato que está próximo a inaugurarse.
"Fue una gran sorpresa encontrar que el cuadro había sido pintado por una mujer pues en el siglo XIX pocas eran las mujeres que podían acceder a la Academia, además ellas no tomaban las mismas clases, por ejemplo, no se les daba dibujo anatómico. Por esa razón es que nos sorprendimos aún más al encontrar un cuadro en el que pintó a una mujer con muchos detalles en el rostro, la pintura tiene una calidad impresionante y domina el uso del color", indicó el restaurador.
Asimismo, destacó la importancia de que se le dé crédito a la pintora y que la Universidad de Guanajuato tiene una obra de tal relevancia, que podrá ser apreciada por todos los interesados en el museo universitario.
Martín Varela mencionó que se creía que la obra era de Juan Cordero porque la Universidad de Guanajuato posee varias pinturas de él, "se sabe que en el siglo XIX, Juan Cordero vino como invitado de Luis Monroy, quien era el director de la cátedra de dibujo y pintura. Lo invitó a promocionar su obra y hacer cuadros por encargo.
Además, aparentemente no tenía firma y el historiador Salvador Toscano en su libro 'Juan Cordero y la pintura mexicana del siglo XIX' integra dicha pintura al catálogo comentado de cuadros sin firma, razón por la que siempre se pensó que la obra pertenecía a Cordero".
Un golpe del azar generó una reivindicación histórica en la Universidad de Guanajuato, una que se quedará en la memoria pues es prueba de que las mujeres del siglo XIX se atrevieron a pintar, aún sin recibir la misma educación que los hombres; se atrevieron a hacer política, a cuestionar las convenciones sociales y a darse un espacio en el mundo.
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